Me apetecía compartir ésta charla, para mí muy reveladora, de cómo podemos influir en nuestra salud a través de la movilización y de los cambios políticos. Aunque me tire piedras contra mi tejado, la solución no es que haya más médicos, sino que se invierta más en verdadera salud: Programas para aumentar el contacto de los niños y niñas con la Naturaleza (ya que estamos, también de los adultos), programas para plantar más árboles y aumentar las zonas verdes, para peatonalizar las ciudades, para disminuir la contaminación, programas para mejorar el transporte público o el famoso “carsharing” (el compartir coche de toda la vida), programas que abaraten frutas y verduras, y aumenten los impuestos de los productos ultraprocesados y menos saludables… Pues eso, invertir en SALUD, no en mascarillas y geles hidroalcohólicos…
